martes, 28 de julio de 2015

Refutación: la NASA no ha comprobado toda la Biblia


Circula por Internet, una noticia en demasía grandielocuente, la cual ha sido comentada, compartida y divulgada llena de "aleluyas" y "amenes". Pero no todo es positivo, esta también ha sido un monumento a la burla, el desprecio y mal testimonio. La noticia tiene por titular: "La NASA comprobó que todo lo que dice la Biblia es verdadero" [1]. ¿De verdad?

Analizando el relato


Un resumen de ella dice lo siguiente: un tal Harold Hill relata que un grupo de científicos, en Green Belt, Maryland, estaban calculando la posición de los planetas dentro de mil años más. La computadora les indica que hay un error en los datos entregados, revisando el problema se dan cuenta que en el cálculo les faltaba un día. Alguien recuerda el texto bíblico de Josué cuando detuvo el sol, y al ser ingresado ese día, la computadora resuelve el problema. No obstante, faltaban 40 minutos para ser exactos. Otra persona recordó otro texto bíblico, el incidente del rey Ezequías, cuando Dios retrocede el sol. Al ingresar esa información, se resolvió completamente la operación.

Cabe recalcar que la noticia, por tanto, no trata sobre la NASA, como dice el titular, sino, sobre un día pérdido, que algunos "científicos y astronautas" de la agencia espacial, tratan de resolver acudiendo a la Biblia.


Hay que decir que el relato sobre el "día pérdido" posee diferentes versiones, en las cuales agrega o quita detalles. Pero lo que comparten todas, es que hay sólo se menciona un nombre, el de un tal Harold Hill, quien es el relator del incidente. No hay fechas, ni más nombres, ni citas o enlaces.

Buscando información al respecto, lo primero que sale a la luz, es que esta noticia ha existido al menos desde 1969, o sea, ha sido difundida durante casi medio siglo.

Un análisis [2] de la noticia comprobó que Harold Hill fue una persona real. Él fue un predicador popular que hizo muchas presentaciones respecto a la ciencia y la Biblia. Un periodista al enterarse de su relato, lo publicó en el periódico "Spencer Evening World" en Spencer, Indiana, a fines de los años 60' del siglo pasado. Una vez publicado, este fue reimpreso por otros medios y difundido por todo EE.UU. Así, el relato de Harold se viralizó hasta nuestros días.

Pero el relato ¿es cierto? El estudio prosigue: "la Oficina de Asuntos Públicos de la NASA en Washington" dijo que "no hay verdad en la historia recurrente que la NASA descubrió un día perdido". [3]

¿Y de dónde salió la historia entonces? ¿Mintió Harold Hill?

Un posible origen de la historia se encuentra en el "intento de explicar 'El día de Josué' desde un punto de vista científico" el cual "se publicó muchos años antes de la historia de Hill y la NASA. En la década de 1930, el Dr. Harry Rimmer escribió un libro llamado 'La Armonía de la Ciencia y la Escritura', que se basaba en un libro de 1890 por el profesor de Yale CA Totten." En dicho libro "Totten llegó a la conclusión de que el mundo fue creado 4000 años antes del nacimiento de Cristo, el domingo, 22 de septiembre de año 4000 AC. Sin embargo, dijo que los cálculos de calendario mostraron que 22 de Septiembre fue en realidad un lunes, y no un domingo, y que el error fue probablemente debido a la falta de los días de Josué" [4]

Es interesante notar que Totten  "hace referencia a la historia de Ezequías en 2 Reyes y argumenta que esto representa que faltan otros 20 minutos... Los cálculos de Totten son sospechosamente familiares a la historia de la NASA" [5]

¿Qué dicen los adventistas?


El libro "Los Orígenes" del científico adventista, Ph.D Ariel A. Roth, ex d
irector del Geoscience Research Institute, comenta la supuesta noticia. Hablando respecto a los escándalos científicos y creyentes sobre noticias falsas, nos dice:

"Hace varios años se publicó, en una cantidad de periódicos, diarios y otros medios de información, un incidente acerca de un día pérdido. Ese relato afirmaba que un grupo de hombres de ciencia del Centro de Vuelos Espaciales Goddarde, en Greebelt, Maryland, habían estado estudiando las diversas posiciones de planetas de nuestro sistema solar en relación con el tiempo. No pudiendo encontrar un acuerdo exacto entre los datos históricos antiguos y las fechas esperadas, la computadora que estaba procesando los datos se detuvo. Cuando se hicieron las correcciones para el día largo de Josué descrito en la Biblia, se obtuvo una armonía casi perfecta. Cuando se hizo una segunda corrección para el retroceso del sol en diez "grados", en relación con el rey Ezequías, se obtuvo un acuerdo perfecto."

"Varias personas investigaron este informe con resultados decepcionantes. La persona que relató el incidente no podía recordar de dónde se había obtenido los resultados originalmente, y nadie en el Centro de Vuelos Espaciales Goddarde parecía estar involucrado en este incidente de cálculos algo dramáticos. Parece que el evento nunca ocuriió. Algunos trataron de exonerar a los que perpetuaron el incidente al enfatizar los buenos propósitos e inteciones que perseguían. Otros señalaron que el evento no debería ser tomado tan enserio, ya que una cantidad de personas que creían en a exactitud de la Biblia, no lo aceptaron. Pero el incidente queda como una vergüenza para los defensores de la Biblia. [3]"
Conclusiones.
 
Finalmente, el libro citado arriba nos deja un mensaje que no debemos ignorar: "el celo irracional por lo que uno cree ser cierto puede destruir la confianza en el punto de vista que se esta promoviendo. Esto debe ser evitado." [4] Nuestra confianza en la Biblia no debe basarse en noticias falsas. Desde muchas disciplinas científicas, poco a poco a través de la historia, la Biblia ha sido vindicada. Promover relatos falsos sólo traerá oprobio a nuestras creencias.


Sin embargo es posible que existan personas, que pese a la evidencia, se niegen a aceptar la noticia como falsa. Es lamentable, pero siempre existiran apologétas de la credulidad. Roth lo sabía: "La forma de evitar ser engañado por los "datos" inventados es la de ser no tan crédulos, pero no siempre es fácil evitarlo." [5]


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REFERENCIAS.[1] http://www.noticiasaldiayalahora.co/la-nasa-comprobo-que-todo-lo-que-dice-la-biblia-es-verdadero/

[2] http://www.truthorfiction.com/joshuaday/

[3] Ibíd.

[4] Ibíd.

[5] Ibíd.

[3] Roth, Ariel. Los Orígenes: eslabones entre la Ciencia y las Escrituras. Buenos Aires, Argentina. ACES. 1999. p. 33,34

[4] Ibíd. p. 34

[5] Ibíd. p. 34

lunes, 27 de julio de 2015

Reflexiones acerca de William Foy, Elena de White y la Ordenación de la Mujer



Leyendo el libro "Mensajera del Señor", me topé con la historia de William Foy. William Foy (1818-1893), fue un afroamericano, pastor bautista, y millerita que fue llamado por Dios a ser profeta antes de 1844. Tuvo varias visiones que fueron recogidas en el libro "The Christian Experience
of William E. Foy". Elena de White también conoció a Foy, y da testimonio de su mensaje.

Pero más allá de su contenido, me llamó la atención lo que hace Dios: no discriminar a las personas para otorgarle sus dones.

El siglo XIX, por muchos progresos que haya logrado, aún mantenía instituciones opresoras como la esclavitud. En EE.UU, cuando Dios llamó a Foy, todo el sur de ese país tenía a los afroamericanos como esclavos. Toda persona de "raza" negra, en aquel entonces, era considerada de segunda clase, un ser inferior, escoria.

En el Estado de Nueva Inglaterra fue donde Foy desempeñó su ministerio. A pesar de que en ese estado ya se había abolido la esclavitud, eso no bastó para que fuera crudamente objeto de burlas, discriminación y persecusión. Finalmente, con la ayuda de Dios, pudo llevar a cabo su ministerio.
Por otro lado, posterior a Foy, Dios escogió a Elena Gould Harmon. una joven mujer. Fue llamada en un tiempo cuando las mujeres no tenían derecho a voto, y donde también eran discriminadas por su género. Pero nada fue obstáculo para que Dios otorgase sus dones como Él quiere y a quien Él estima conveniente.

Dos ejemplos de nuestra historia denominacional. Ambos iletrados y sin grandes recursos. Ambos discriminados en su época. Ambos que hacen eco de Gálatas 3:28 "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Un texto que nos habla de la salvación, y de como opera esta en la vida del creyente.

La primera barrera fue derribada en tiempos apostólicos, en el 1er concilio de Jerusalén. Ahora los gentiles participaban de todas las bendiciones y dones del evangelio, sean judios, griegos, romanos, escitas, etc. Ya no importaba tu nacionalidad.

La segunda barrera comenzó a derribarse en el siglo XIX. Y los esclavos fueron tratados como personas. Ya nadie debería ser discriminado por su condición social.

La tercera barrera comenzó a derribarse en el siglo XX. Las mujeres, como en Génesis 1 y 2, son iguales a los hombres. Ya no importaba tu género, seas hombre o mujer.

Pero Dios, como es Dios, siempre está adelantado a los tiempos de la humanidad. Milenios costó entender que Dios no discrimina a las personas por su nacionalidad. Siglos costó entender que Dios no discrimina por nuestra condición social. ¿Cuánto nos costará entender que Dios no discrimina si eres hombre o mujer al dar sus dones?

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Este artículo está basado en:

Douglas, Herbert E. Mensajera del Señor, El Ministerio Profético de Elena G. de White. Nampa, Idaho, Pacific Press. 2000.

He peleado la buena batalla. William Elis Foy, un millerita. Revista Diálogo Universitario. 25:3

jueves, 23 de julio de 2015

Principios ignorados en el debate sobre la Ordenación de la Mujer




Hay una serie de "principios" de interpretación que fueron ignorados en el debate sobre la ordenación de la mujer. A continuación, queremos dejarte algunos de ellos, que entendidos debidamente, nos ayudarán a tener una mejor comprensión de la Biblia.

1) El tema de la ordenación de la mujer no es un tema que este textualmente explícito en la Biblia: y es por eso justamente que cada vez que alguien pide versículos que evidencien a alguna mujer ordenada apóstol, anciana, pastora u obispa, no se encontrarán esos versos. La ordenación de la mujer no es un asunto de “texto prueba”, sino de principios bíblicos.
¿Lo anterior significa que porque la Biblia no menciona algo textualmente sobre “X” tema, este está prohibido? La respuesta es no. Cada vez que alguien afirma que si “X” no lo dice la Biblia, entonces no puede hacerse, se conoce como teología del silencio. Pero nosotros los adventistas del séptimo día no creemos en esa teología. Es más, nuestros pioneros afirmaron:

“Pero si se pregunta, ¿dónde están tus textos de las Escrituras para obtener legalmente una propiedad para la iglesia? Respondemos: “la Biblia no menciona; ¿tampoco dice que deberíamos tener un periódico semanal, ni una imprenta, ni que deberíamos publicar libros, ni construir lugares de adoración y levantar carpas? Jesús dice: "que tu luz brille delante de los hombres”, etc.: pero Él no da todos los detalles como esto se llevará a cabo. La iglesia tiene que avanzar en la gran obra, orando por dirección divina y actuando sobre los planes más eficientes para su realización. Creemos que estamos seguros (a salvos) si nos regimos por la siguiente REGLA: “Todos los medios que, según criterio, avancen la causa de la verdad y no estén prohibidos por las declaraciones de las Escrituras, deben ser empleados.” (Jaime White, Review And Helard, 26 de Abril de 1860)

Bajo el anterior principio, hay que entender el tema de la ordenación de la mujer. No porque no lo diga la Biblia textualmente, sino que si esto ayuda en la predicación del evangelio, y no contradice las declaraciones de la Biblia, debe hacerse.

Pero alguien dirá ¿entonces puedo asaltar un Banco y dar el dinero para que se predique el evangelio? No. Pues robar atenta ante una declaración explícita de las Escrituras. Pero en el caso de la ordenación de las mujeres al ministerio, no se atenta contra ninguna declaración bíblica.

2) El tema de la ordenación de la mujer debe tener en cuenta elementos básicos para la correcta interpretación, como entender el sentido genérico de muchos versículos y la configuración de los idiomas originales.

Lo anterior significa que cuando leemos los siguientes versículos:

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” Éxodo 20:17 (RV60)

“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. “Mateo 5:28 (RV60)

Entre muchos otros, están hablando en modo genérico, esto es, incluyendo a hombres y mujeres, aunque textualmente se refieran a hombres. Nadie en su sano juicio diría que el décimo mandamiento y lo dicho por Jesús no se aplican a las mujeres. Se aplican a todas luces.

También hay que tener presente el idioma original de la Biblia. Ya que el tema tiene que ver con el ministerio en el Nuevo Testamento (pues en el Antiguo existía otro sistema), tenemos que entender el idioma de este, que es el griego koiné.

A diferencia del español, el griego, poseía tres géneros, masculino, femenino y neutro. Habían por tanto palabras en neutro, que debían entenderse según la reglas gramaticales griegas y el contexto.

Ya nuestros pioneros tenían presente este principio:

“Nosotros nos oponemos a esa teología de mentes cerradas que no le permiten a las mujeres ancianas tener sueños porque la profecía dice “sus ancianos tendrán sueños” y que no le permiten a las mujeres jóvenes a tener visiones porque la profecía dicen “sus [varones] jóvenes verán visiones”. Estos críticos mezquinos parecen que se olvidan que “hombre” y “hombres” en las Escrituras, generalmente abarca a hombres y mujeres. El Libro dice que “está establecido que los hombres mueran una vez”. ¿Acaso las mujeres no mueren?” (James White, Review and Herald, 25 de Febrero de 1862)

3) Otro elemento a tener en consideración, es la cultura: y aquí, hay que entender que la Biblia, si bien es un producto divino y humano a la vez, se escribió en la Historia, en un período que abarca alrededor de 1.500 años aproximadamente. Para hacer patente esto, sabemos que la Biblia fue escrita en lo que hoy se conoce como lenguas muertas, esto es, los idiomas hebreo, arameo y griego, que perdieron su fonética en el tiempo. Es decir, el idioma empleado es reflejo de la cultura.

También la Biblia se escribió en un contexto donde muchas prácticas y costumbres hoy nos son ajenas en la actualidad, como por ejemplo, la esclavitud. Y es justamente por ello que en la Biblia encontramos sistemas de configuración social de su época, eminentemente patriarcales, donde la preeminencia de los hombres sobre las mujeres es evidente (aunque en la Biblia hay ejemplos de liderazgo femenino, como el de Débora en el AT, estos son escasos).

Teniendo presente lo anterior, entendemos porque Jesús no ordenó mujeres, si ya era un escándalo hablar en público con ellas por aquel entonces. Es por ello que no nos extraña la oración hecha por los judíos de aquellos tiempos: “gracias, Dios, por no ser gentil, ni esclavo, ni mujer”.

Elena G. de White tenía muy presente que hay que conocer el contexto histórico y cultural para entender la Biblia:

“El comprender las costumbres de los que vivían en tiempos bíblicos, como también el lugar y el tiempo en que se produjeron los acontecimientos, es un conocimiento práctico, porque ayuda a presentar con claridad las figuras de la Biblia y a recalcar las lecciones de Cristo” (Consejos para los Maestros, 504).

4) También hay que reconocer que la Biblia no hace uso de muchas expresiones: tales como “trinidad”, “libre albedrío”, “justificación por la fe”, “juicio investigador”, y “ordenación”. Todos esos términos se han usado posteriormente en la historia del cristianismo para entender verdades que estaban contenidas en la Biblia, pero que las Escrituras no las usaron textualmente. Es por ello que nunca se encontrará un ejemplo de mujeres ordenadas como pastoras, ya que la Biblia no usa esa expresión. Tampoco se encontrará un ejemplo en masculino.

Todos los términos aludidos se entienden en base al principio que sigue.

5) Finalmente, para entender correctamente el debate sobre la ordenación de las mujeres, hay que tener presente la intertextualidad de la Biblia: esto es, que los versículos deben entenderse a la luz de otros, o dicho mejor, “la Biblia se interpreta a sí misma”.

¿Pablo prohíbe a las mujeres hablar en la Iglesia? ¿Qué significa que las mujeres no deben enseñar en la iglesia ni tener autoridad sobre los hombres? Todas esas preguntas se deben responder a la luz del principio señalado arriba: la biblia es su propio intérprete.

Y aquí dejaremos un solo ejemplo: Pablo en Timoteo 3:1-13 enumera los requisitos de los ancianos y diáconos. No obstante, entendemos que los requisitos morales de Timoteo a los diáconos, son también aplicables a las diaconisas de Romanos 16:1. ¿O acaso no se aplican las reglas morales de los diáconos hombres a las diaconisas mujeres?